duermes

seguro que ahora duermes. yo mientras escribo ajena a tu sueño. perdona mi maldita costumbre de despertarte porque quiero oirte. tu duermes y yo insomne cruzo la casa buscándote intranquila porque sueño a tu lado, aunque esta noche no duerma contigo.

zaragoza

de estos días en zaragoza guardaré buenos recuerdos. no podría ser de otra manera. lo cierto es que de un tiempo a esta parte siento que he recuperado parte de mi memoria. me preguntas si he olvidado lo que hablamos aquel día en la puerta. por un instante pienso que sí. pero ¿por qué iba a olvidarlo?

jean racine

me gusta este nombre: jean racine. sólo eso.

Verbe égal au Très-Haut, notre unique espérance,
Jour éternel de la terre et des cieux,
De la paisible nuit nous rompons le silence :
Divin sauveur, jette sur nous les yeux.
Répands sur nous le feu de ta grâce puissante ;
Que tout l'enfer fuie au son de ta voix ;
Dissipe ce sommeil d'une âme languissante
Qui la conduit à l'oubli de tes lois!
O Christ! sois favorable à ce peuple fidèle,
Pour te bénir maintenant assemblé ;
Reçois les chants qu'il offre à ta gloire immortelle,
Et de tes dons qu'il retourne comblé.

1:34

un minuto treinta y cuatro segundos. ese es más o menos el tiempo estimado de una llamada rápida. - ¿qué tal?. - estoy en casa. - ¿quedamos? yo estoy por La Latina. - vale, iré a buscarte... por donde siempre. - te espero (donde siempre). hace cosa de un mes y treinta y cuatro días que no hago planes de ningún tipo. ni a largo ni a corto plazo. ahora la cosa funciona así: llamada o mensaje y plan. - ¿hola?. - no puedo hablar, estoy en la ópera, en París. - vale. te llamaba para eso mismo. pero en Madrid. - vuelvo el martes. te llamo. - un beso.

aunque la cosa no siempre funciona.

donde habite el olvido

qué paradoja: el olvido está lleno de memoria. he leído que los peces sólo tienen 3 segundos de memoria. si tardan 3 segundos en dar una vuelta completa a la pecera es como si se viesen por primera vez. son amnésicos olvidadores. qué suerte.

volver

tengo miedo del encuentro con el pasado que vuelve a enfrentarse con mi vida. tengo miedo de las noches que, pobladas de recuerdos, encadenan mi soñar. pero el viajero que huye tarde o temprano detiene su andar. y aunque el olvido, que todo destruye, haya matado mi vieja ilusión, guardo escondida una esperanza humilde, que es toda la fortuna de mi corazón.

Carlos Gardel y Alfredo Le Pera